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El museo de la inocencia


Llegué a Estambul  anclado en la página 174 del ‘Estambul de Pamuk.  Javier Reverte, viajero sabio, recomienda viajar con un libro en la mochila y una docena en la cabeza. Pero yo, turista occidental, empecé a leer el relato de Orhan Pamuk sólo dos días antes de mi viaje, así que  lo metí en la mochila con esa guía que los viajeros llevan en la cabeza y los turistas paseamos en la mano.

Compré ‘Estambul’ hace 6 años, cuando Pamuk acababa de ganar el Nobel. Lo compré, lo ojeé, lo coloqué en un estante de mi biblioteca y me olvidé de él. Sólo recordé que lo tenía dos días antes de volar a esta ciudad única, pero bastó empezar a leerlo para pasear por las calles de Estambul en un abrir y cerrar de páginas.

El ‘Estambul’ de Pamuk es lo que parece, un recorrido sentimental por una ciudad única. Pamuk reconstruye una ciudad que quizá sólo existió en su mirada, pero también viaja al Estambul que recrearon los periodistas y escritores que amaron esta ciudad cuando ya era imposible ocultar su decadencia imperial, el Estambul que Ara Güler inmortalizó durante décadas.

Ara Guler Coche de caballos 1958

La visión romántica de Gautier, Nerval y Loti se entremezcla con el relato crítico de los periodistas turcos del XIX y el XX. Lo que amaban los primeros, la decadencia de la antigua capital imperial, era justo lo que detestaban los segundos. Entre unos y otros, Pamuk nos cuenta su vida y la de su familia en un relato repleto de nostalgia.

En el Estambul de mi viaje me reencontré con muchas de las escenas de su libro, desde los pescadores del Gálata y los vendedores callejeros de sandía hasta una de esas higueras que no entienden de leyes ni monumentos y crece entre una de las miles de grietas de la gran muralla que protegió la ciudad durante más de mil años.

Si el Estambul de papel lleva a decenas de libros, la ciudad de piedra, madera y ladrillo me devolvió a otro libro de Pamuk.  Con el dinero del Nobel, el escritor ha transformado un piso de 4 plantas sin ascensor en una novela que se lee, se pisa y se toca, un museo vertical que reproduce en 83 vitrinas repletas de objetos los  83 capítulos de ‘El museo de la inocencia.

Museo de la Inocencia

Apenas conocido por un puñado de turistas, el museo es uno de los lugares más originales de Estambul, lo que ya es mucho decir. Quería creer que es el piso en el que transcurren gran parte de las historias de ‘Estambul’, la vivienda que construyó el abuelo del escritor y en la que Pamuk vivió su infancia rodeado de sus tíos, su abuela y los sirvientes de ésta. Pero estaba equivocado. La solución al enigma la encontré en otro libro de Pamuk, ‘El novelista ingenuo y el sentimental.

En una ocasión, mientras curioseaba en una tienda de segunda mano – escribe Pamuk en ‘El novelista..’ – , encontré un vestido de una tela muy brillante con rosas naranjas y hojas verdes, y decidí que era el adecuado para Füsun, la heroína de mi novela. Con el vestido ante mí, procedí a escribir los detalles de una escena en la que Füsun está aprendiendo a conducir mientras lleva ese vestido”.

Así, imaginando situaciones a partir de frascos de medicinas, botones, billetes de lotería, naipes e incluso colillas (4.213 para ser exactos) Pamuk escribió ‘El museo de la inocencia’ y creó a la vez un museo real con los objetos que unen a los dos amantes durante décadas, las piezas que construyen su carácter y que han convertido un edificio pequeño y feo de Estambul en la invitación más hermosa para leer una novela.

‘Estambul’. Orhan Pamuk. Literatura Random House. Barcelona, 2015. 448 páginas, 20,90 euros.

Pd. (24/7/2013): Jorge Carrión publica hoy en el suplemento cultural de La Vanguardia un interesante artículo sobre el Museo de la inocencia. No puedo enlazarlo, pero me gustaría compartir con vosotros esta su reflexión sobre que la tienda-librería del museo sólo venda los libros de Pamuk: «En un primer momento pensé que ese era el sueño de todo escritor; pero pronto me convencí de lo contrario: la literatura es diálogo, aquelarre, comunidad, griterío o concierto de muchas voces. La librería del Museo de la Inocencia sería el lugar perfecto para dar a conocer a lectores de todo el mundo libros turcos que han hablado de un Estambul que, como las historias resumidas en las vitrinas, ya no existe. Una librería donde sólo hay libros tuyos es una pesadilla: exactamente lo contrario de lo que una librería debería ser«.

Pd. 2 (14/8/14): «Paz es el fragmento más brillante de un fresco socio-político de dimensiones poco comunes, que representa las costumbres otomanas, dos décadas de occidentalización turbulenta, y la llegada de la zozobra debida a la Segunda Guerra Mundial. Entre sus detalles admirables, la ansiedad ante un futuro incierto, la inestabilidad psíquica y otras flaquezas y extenuaciones del mundo contemporáneo«, escribe Javier Aparicio en su reseña de la novela de Ahmet Hamdi Tanpinar, un escritor al que Pamuk reconoce como maestro. Sexto Piso acaba de editarla en castellano y es la última invitación literaria a recorrer las calles de Estambul.

Pd. 3 (3/2/17): Os invito a disfrutar con este viaje de Pamuk por las calles de Estambul nevado.

7 respuestas »

  1. Me alegra saber que te has traído los cuadernos viejos, que lo que dejaste atrás te sigue acompañando… De esa manera también te estás trayendo a todos tus lectores… Y claro, aquí estoy.

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  2. ¡Cuánto me alegro de poder volver a leerte Joaquín!. Aunque ya lo hablé con Javi docu un día ¿De dónde sacas el tiempo para poder leer, ver todas esas series y además escribir el blog? (Y ya no te cuento el tiempo que dedicas al trabajo…) Ayer cuando me comentaste que habías retomado el blog lo estuve buscando, pero claro pensaba que habías mantenido aquel funambulista je, je, je.
    Lo dicho, me alegro que vuelvas y que los demás podamos disfrutar de tus post. Era un pecado dejar en un cajón uno de los mejores blogs de libros de España!!!
    Un abrazo Joaquín!

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