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‘Who the Devil Made It’


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Cuando doy clases de cine les digo a mis alumnos que no vean nada rodado después de 1962dice Peter Bogdanovich a Gregorio Belinchón – (…) Cuando empecé a hacer cine, la mayor parte de los genios de la gran época seguían en activo. Sus enseñanzas no se han engrandecido con las nuevas generaciones, sino que se han diluido. Una pena”.

Bogdanovich tiene 75 años y acaba de presentar en la Mostra de Venecia She`s funny that way’, su primera película desde 2001 y quién sabe si la última. ‘¿Qué me pasa, doctor?’, ‘Luna de papel’ o ‘La última película’ le convirtieron en uno de los directores de más éxito de los setenta. Aún funcionan, aunque pertenezcan a ese período del cine que él considera prescindible para sus alumnos y que incluye ¡el Coppola de ‘El Padrino’!

1962 parece una fecha elegida por Bogdanovich de forma arbitraria. Falta una pregunta en la entrevista: ¿por qué ese año? La respuesta la da Bogdanovich en El director es la estrella’, traducción terrible de Who the Devil Made It’, un libro fantástico que reúne sus conversaciones con 16 directores que hicieron posible ese período irrepetible y mítico del cine. La respuesta, ojo, tiene 670 páginas.

Yo llegué a Hollywood en enero de 1961, en los años del ocaso de la edad dorada del cine – cuenta Bogdanovich en el prólogo -, que según mis cálculos duró cincuenta años, de 1912 a 1962. Cuando expresé mi pesar por su desaparición ante Orson Welles, éste contestó: “¿Pues qué querías? ¡El apogeo del Renacimiento solo duró sesenta años!

John-Ford

El hombre que mató a Liberty Valance es para Bogdanovich la película que cierra esa etapa dorada. Hoy, es un clásico indiscutible, al que solo se puede reprochar que John Wayne interprete a un personaje demasiado joven para su edad. Pero en su estreno los críticos solo vieron un Ford menor. Bogdanovich, rendido admirador del director– ahí está su entrevista memorable en Monument Valley, con Ford vacilándole una y otra vez – se quedó fascinado por esta historia sobre cómo se hace la Historia: ‘Print the legend!’ y hasta aquí puedo leer.

En el western (casi) crepuscular de Ford, Bogdanovich encontró una metáfora profética de la crisis del Estados Unidos de principios de los sesenta. Ford – ¡y Billy Wilder! – son las dos grandes ausencias de ‘Who the Devil Made It’, donde sí podemos encontrar entrevistas a Orson Welles, Alfred Hitchcock, Otto Preminger… y una amplísima conversación dilatada durante páginas y décadas con Howard Hawks.

Fue él quien ayudó a Bogdanovich a encontrar el título para su volumen de entrevistas. Me gustaba casi cualquiera que te permitiera adivinar quién diablos había hecho aquella película – dice el director de La fiera de mi niña’, Río Rojo’ o El sueño eterno’, películas tan distintas como hermanas –. Los que no me gustaban eran los que hacían películas que les preparaban otros y que no tenían personalidad ninguna”. Hay que escuchar esta frase con la voz profunda de Hawks.

Ninguno de esos tipos sin personalidad aparecen en esta recopilación de conversaciones que nos permite viajar al Renacimiento del cine, un período que nos regaló centenares de clásicos en blanco y negro. La editorial T&B editó las conversaciones de Bogdanovich en dos volúmenes hace siete años, sin mucho éxito. Ahora las acaba de saldar, junto a una selección de más de treinta títulos. Por solo 10 euros tenéis una entrada para viajar al período más apasionante de la historia del cine, cuando genios endiablados manejaban la claqueta. Yo les doy las gracias casi todos los días.

‘El director es la estrella’ (2 volúmenes). Peter Bogdanovich. T&B Editores. Madrid, 2007. 670 páginas, 10 euros (que sí, que no es una errata).

 Huston-Welles -Bogdanovich

Pd: Hoy, 6 de enero de 2022, apenas hace unas horas, ha muerto Peter Bogdanovich. Qué pena, qué pena.

3 respuestas »

  1. Un abrazo desde Milán, donde ya ha caído la niebla para quedarse intermitentemente hasta primavera. Me guardo el retrato perfecto de Ford con el fondo perfecto Monument Valley para mi galería de abuelos electivos. De manera silenciosa te sigo leyendo y agradeciendo cada vez que sacas un rato para escribir aquí. Espero que el hipopótamo, que siempre tenía ese rictus de tensión equilibrista, haya encontrado un poco de paz de espíritu al otro lado de la cuerda floja. Te escribo luego con más tiempo. Tengo que conseguir una copia de esos volúmenes. Gracias, por todo, otra vez.

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    • Muchas gracias, Óscar. Espero que hayas encontrado un lugar cálido en Milán, a pesar de la niebla. Te guardo un par de tomos para cuando regreses y nos volvamos a ver. Un fuerte abrazo desde la cuerda floja.

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  2. En realidad no se sabe por qué una película se convierte en parte significativa de tu vida, en algo que te acompaña y que te sigue gustando aunque pasen las edades y lo joven se vuelva viejo y la primavera otoño. Tengo entre mis joyas indiscutibles del cine, «El hombre que mató a Liberty Valance». La vi por primera vez siendo adolesencente, en una sesión de noche de la tele y he vuelto a verla no sé una docena de veces más y espero que me queden todavía. Es mi Ford, es mi película. La primera entre mis cien.

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